La primera plaza de toros estable de Zaragoza se construyó en el siglo XVIII gracias a la iniciativa de Ramón Pignatelli; la denominación de Coso de la Misericordia aludía a su vinculación con la Real Casa de Misericordia, que se mantenía en parte gracias a los beneficios conseguidos con los festejos taurinos.
Este primer coso de madera fue sustituido por otro de ladrillo y piedra en el siglo XIX.
En 1916 se hizo la reforma que le da el aspecto actual, ampliando el aforo de la plaza y dotándola de porche y deambulatorios.
Es la primera plaza de toros de España que contó con cubierta, fija sobre los tendidos y móvil sobre el ruedo. Este cierre de teflón ha permitido diversificar las funciones del coso taurino y celebrar otro tipo de eventos.