El pasado jueves dia
20 de febrero, al finalizar nuestro taller de Psicomotricidad/2, nos
comimos un trozo de longaniza, acompañados de nuestra monitora Cristina para
celebrar el dia de “Jueves Lardero, longaniza en el puchero”.
La
etimología de la palabra “lardero” se deriva del latín “lardarius”, que
significa “tocinero”, el que cuidaba a los gorrinos. También se relaciona con
el verbo “lardear” que se refiere a la acción de “untar o envolver en grasa lo
que se va a asar”. Se corresponde directamente, por tanto, con la comida y, más
concretamente, con la carne de cerdo.
De hecho, el primer
testimonio sobre el ayuno durante la Semana Santa data, nada más y nada menos,
del año 329. En Aragón la del cerdo siempre ha sido la carne. La razón es su
fácil conservación. La carne se sala, se embute y se seca para disponer de ella
durante varios meses por lo que, invirtiendo en un único ejemplar, se puede
comer durante la mayor parte del año. De todos los productos que se pueden
extraer del cerdo, el más popular del lardero en Aragón es la longaniza.
Compuesta por magra, panceta o, en menor medida, tocino picado, aderezado con
especias naturales y embutido en tripa natural, es uno de los productos más
típicos de esta tierra. Cuenta incluso con su propio dicho: ” Jueves lardero,
longaniza en el puchero ”.
El Ayuntamiento
organiza una entrega multitudinaria de bocadillos de longaniza que, en los
últimos años, ya no es de cerdo sino de cordero, en un cambio motivado por
contrato publicitario de la carne.