viernes, 13 de mayo de 2022

ECHO (Huesca) - LA CIUDADELA (Jaca)

 A las nueve de la mañana, y una vez subidos todos en el autobús, nos dirigimos al pueblo de Echo (Huesca), localidad con unos 700 habitantes y enclavada a 800 m. de altitud en la comarca de La Jacetania, también conocida como Valle de Hecho, nos ofrece unas calles empedradas con unos edificios de piedra y tejados de pizarra, donde la guía nos indica que en sus tejados hay colocadas unas curiosas chimeneas. que según las leyendas populares hablaban de brujas que subían a sus escobas por las noches. Y que entraban en las casas para hacer de las suyas. Evidentemente no lo hacían por la puerta, ya que estaba bien cerrada, pero había un espacio que siempre estaba abierto en una casa: la chimenea. Para impedirlo, se empezaron a colocar las espantabrujas. Las primeras de estas trampas eran simples piedras con forma de cruz o figura humana a las que se les hacía un orificio para que el aire las hiciera silbar. Hay quien habla de un sentido místico al colocar una cruza encima de la chimenea, aunque lo cierto es que es un muñeco muy feo que tiene los brazos abiertos, como los espantapájaros que se colocan en los sembrados, con la idea de que “las brujas” no puedan entrar en la casa. Una vez conocidas estas leyendas fuimos recorriendo los diferentes rincones de los calles dónde  se puede observar casas muy juntas, pero que no llegan a tocarse, más adelante nos encontramos con la iglesia parroquial de San Martin, construida en el siglo XI con su torre al sol del siglo XVI construida por Felipe II y cuya función era ser torre de vigilancia, a continuación nos dirigimos al Museo etnológico “Casa Mazo”( https://bit.ly/3yxaEGg ), situado a pocos metros de la plaza Mayor, es un fiel reflejo de la vida y costumbres de los habitantes del valle en décadas pasadas. El Ayuntamiento compró y acondicionó como museo el edificio, que consta de dos plantas. En su reforma se ha conservado la antigua estructura y las características de las casas antiguas chesas.

En la baja se pueden observar numerosos aparejos e instrumentos relacionados con la agricultura, la ganadería, la carpintería, la fabricación del queso y requesón, la fabricación del pan y los utensilios propios de los modos de vida tradicionales.

En la planta superior encontramos un inmenso hogar rodeado de multitud de objetos, instrumentos y muebles de cocina, que dan al conjunto un ambiente rústico y entrañable. Además, en esta planta se puede observar el traje típico del valle (tanto el masculino como el femenino, de fiesta y de labor), así como otros muchos objetos relacionados con la vida en el interior de una casa: lavabos antiguos, máquinas de coser, de hilar, etc.

Una vez visitado el museo damos por terminada la visita a este bonito pueblo, ahora nos toca ir a comer, lo que hacemos dirigiéndonos a Jaca capital de la comarca de la Jacetania, una vez allí comimos arroz o ensalada, merluza en salsa o carrilleras, todo esto acompañado de su correspondiente postre, vino, agua y café.

Después de un pequeño rato libre nos dirigimos a La Ciudadela ( https://bit.ly/3PfLORm ) fortificación, de planta pentagonal, fue construida a finales del siglo XVI (las obras se inician en 1592). Conserva todas y cada una de sus partes características: foso, baluartes, escarpas, cuarteles, polvorines, túneles… además de una hermosa entrada a la que se accede mediante un puente levadizo. También disfrutamos visitando el museo de miniaturas.

Un poco cansados por el calor y todo lo que habíamos visto, subimos al autobús para emprender el regreso a Zaragoza donde llegamos sobre las nueve de la noche.

 

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